Por fin les escribo otra vez
Buenos días a todos! Sé que hace tiempo que no escribo aquí, pero les cuento que la vida en el seminario es muy agitado, y he estado siempre ocupado con mil cosas. Pero ahora, estoy sentado aquí en la casa de mis padres, visitando para celebrar la Navidad con ellos. Me da mucho gusto estar aquí con ellos, aún más porque el año pasado estuve en Perú por la Navidad. Y aunque me gustó estar ahí, también estoy muy feliz aquí este año :o)
Les cuento como va el seminario. Westminster es difícil, bastante. No creo que me diera cuenta antes, pero sí lo es. Me gusta, y ya tengo varios amigos aquí. Mis profesores son recontra chéveres e inteligentes, y lo más aprendo lo más quiero estudiar. Pero, a la vez, requiere mucho tiempo. No me di cuenta cuando estaba durante el cíclo que tanto tiempo había pasado, y tuve que leer un montón de libros antes de mis examenes finales, a la vez escribiendo mis trabajos y ensayos, los cuales fueron muy largos. Pero ya tenemos una amistad entre los seminaristas (somos como 50, no sé exactamente), y muchas veces salimos los fines de semana para ver una pelicula o comer en un restaurant. Conversamos mucho de las cosas de Dios, y nos enseñamos diariamente. En resumen, el seminario ha sido un lugar donde he podido crecer mucho con Dios, aprender muchas cosas nuevas, y formar amistades.
Y les cuento de un amigo, Nathaniel, que estudia conmigo. El es hijo de un guerillero de Sendero Luminoso, que por la gracia del Señor se convirtió y se escapó a los Estados Unidos y ahora ha fundado y es director de un albergue cerca de Ayacucho para los hijos de aquellos que fueron matados por Sendero Luminoso. Nathaniel y su esposa probable van a regresar a Perú para ser misioneros allá cerca de Ayacucho! El y yo hablamos mucho de nuestro Perú, y de nuestro deseo que se sembrara más y más el evangelio de nuestro Señor en nuestra patria adoptiva :o)
¿Qué más? Estoy trabajando más y más, enseñando el piano y siendo tutor para los niños en el colegio, lo cual me gusta ser por ahora. También en el enero voy a empezar como interno en mi iglesia, apoyando al minístro y enseñando la escuela dominical. Ahí va todo mi tiempo, y a veces me gustaría hacer más cosas encima o fuera de éstas, pero sé también que Dios me está guiando y que sus fuerzas me van a sostener durante este período de mi vida tan intesivo y necesario.
Les quiero a todos mis amigos hispanohablantes, y les prometo que escribiré más aquí en mi blog para que lo puedan leer y saber de mí mejor. Que Dios les bendiga y guarde y les haga resplander su rostros sobre ustedes, y les dé su paz para siempre!